17 marzo, 2011

Facebukks (I)

Me dispongo a lanzar cual Voyager personal, desde mi planeta-PC, una cuenta de Facebukks al Universo Mundial, y me pregunto cargado de esperanza si habrá vida afín a la mía más allá de mi entorno inmediato; Y lanzo mi sonda repleta de información sobre mi, para que esa vida afín a la mía, y que sin duda existe en alguna parte, puesto que si no ya me dirán qué hago yo con mi existencia, pueda advertir que aquí estoy, que soy aquello con lo que ella siempre también ha soñado y podamos encontrarnos. Se dirá que esta historia no es muy novedosa puesto que las cianobacterias del Paleozoico ya mostraban inquietudes y comportamientos muy parecidos, pero recordemos que en la repetición y la insistencia se encuentra a menudo la semilla del triunfo.

Si no les parece mal, volvamos al Holoceno:

Conozco mi objetivo: encontrar gente de mi gusto y talla para disfrutar de esta vida maravillosa. Como lo que deseo hallar se ubica en el nivel del ciudadano medio, sentimentalmente pobre, profesionalmente ambicioso, materialmente codicioso, y secretamente frustrado (es muy importante conocer los parámetros en los que uno pretende no sentirse extraño), pergueñaré mi retrato virtual con la máxima habilidad de que disponga.

Bien. La información que envío en mi sonda debería mostrar quién soy. Aunque, ¿ello es una buena idea?

Veámoslo:

Como he sido bien instruido en sociedad (si no no tendría mi Facebukks) y he ido aprendiendo quieras que no, conozco qué debo y no debo hacer. Y esto se reduce a una sola noción: Ni se te ocurra permitir que sepan como eres, o estás muerto.
Todo el mundo apesta, y no sólo me refiero a la dicharachera actividad de las bacterias sobaqueras que nos acompañan fielmente. Pienso también en el aroma a falsedad que desprendemos minuto a minuto ¿Es esto debido a que somos intrínsecamente malos? No lo creo, es más bien porqué somos cobardes por selección natural (los valientes se exponen y mueren, los cobardes se esconden y sobreviven). De ahí que todo en nuestra actitud es pose, adorno y dramatización (excepto en el baño si no nos ve nadie, aunque incluso ahí ensayamos gestos y caras ante el espejo). Sea como fuere, la experiencia nos aconseja mostrar lo mejor que desearíamos de nosotros mismos, es decir, cómo queremos que nos vean.

Dicho lo cual, paso a explicar someramente dos puntos importantes sobre la información a destacar en mi perfil: la foto y con quién me ajunto.

1) Debo escoger antes que nada una fotografía conveniente. Como nos han metido en la cabeza la necesidad de que todo lo que hagamos debe expresar algo de nosotros mismos, y que además es mucho mejor si ello está expuesto de forma original, interesante y atractiva, pues, ¡hala!, a evidenciar nuestro cómo molo y qué majo soy. Me percato que de esta manera poco puede hacer por mi una foto-carnet. Lo que suele abundar en el Facebukks son fotografías de gente que quiere mostrar en una sola imagen como es de desenvuelta, activa, polifacética, desenfadada, enrollada, cercana, espabilada, sana, inteligente, accesible, optimista, positiva y estupenda. Incluso puedo mostrar una imagen a contraluz, o saliendo de espaldas frente a un lugar interesante, o de perfil lejano en un paraje exótico, o poner un objeto revelador de sensibilidades o inquietudes hermosas y trascendentes… mil cosas sirven mientras transmitan lo que deseo que vean en mi. Personalmente me choca un poco, porque conozco a algunos de estos y son todos unos hijoputas. Pero, bueno, la imagen lo es todo, no hay que dudar de ello y a mi ya me dijeron una vez que era un negativo (me lo dirían por lo de la imagen y la fotografía, digo yo).

2) Mostrar mi adhesión a grupos de actividades con valores moderadamente reivindicativos, ni muy estridentes ni demasiado ñoños, ni muy minoritarios ni para nada top of the pops, y que, evitando en lo posible ser sospechosos de aburrimiento, permitan suponer que estoy provisto de una innata elegancia intelectual; todo ello a fin de comulgar con las personas del entorno en el deseo desenvolverme (que no siempre es en el que me muevo hoy por hoy). Si se sabe presentar, incluso queda bien ese aire de rebelde idealista, que se atreve a comprometerse, que se moja por lo que piensa y que lo arriesgaría todo por defender aquello en lo que cree. Lo malo es que una cosa es lo que se dice que se cree y otra muy distinta lo que se piensa en realidad. Bueno, también he conocido a unos cuantos de estos, y el resto de la frase ya la conocen.

En fin, volveremos a tratar este tema más adelante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario